Un clásico culinario que ha cautivado los paladares locales durante generaciones: la fugazzetta. Esta delicia gastronómica, heredera de la famosa pizza napolitana, es una auténtica institución en la cultura porteña. Con su combinación de sabores y su estilo único, la fugazzetta ha conquistado a propios y extraños, convirtiéndose en una verdadera obra maestra de la gastronomía argentina.
Características de la Fugazzetta:
Lo que distingue a la fugazzetta de otras pizzas es su capa generosa de cebolla caramelizada y queso derretido. La masa, similar a la de la pizza napolitana, es esponjosa y aireada, lo que la hace una base perfecta para soportar la cantidad de cebolla y queso que se le agrega. La cebolla, previamente cocinada hasta alcanzar una textura tierna y dulce, se extiende sobre la masa, y luego se cubre con una abundante cantidad de queso, generalmente mozzarella. Opcionalmente, se puede añadir aceitunas, jamón, huevo o panceta para agregar más sabor y variedad.
El resultado es una pizza de sabor único, donde la dulzura de la cebolla caramelizada se combina con la cremosidad y el sabor salado del queso. Cada bocado es una explosión de sabores que hace que esta delicia sea irresistible para los amantes de la comida.
Un clásico de los asados y reuniones familiares:
La fugazzetta se ha convertido en un clásico infaltable en los asados argentinos y las reuniones familiares. Cuando se prepara en una parrilla o horno a leña, la cebolla se vuelve aún más sabrosa y adquiere un delicioso aroma ahumado que la convierte en la compañera perfecta para las carnes asadas. Es mucho más que una simple pizza; es una expresión del amor y la pasión de la cultura porteña por la comida. Con su base esponjosa, cebolla caramelizada y abundante queso derretido, esta delicia argentina deleita los paladares y despierta los sentimientos más profundos de nostalgia y pertenencia.